Es sabido que Colombia está atrasada en
desarrollo científico, que no hay una cultura arraigada por la investigación y
eso tiene mucho que ver con las instituciones de educación superior. Porque uno
de los ejes misionales de este nivel educativo es la investigación, que es
objeto de evaluación y verificación cuanto se pretende la acreditación
institucional de alta calidad de las universidades.
Si nos centramos a lo que está ocurriendo
en la Universidad del Tolima debido a su
déficit de tesorería que comenzó en el 2013 , entonces ¿Qué pasará con la
deseada acreditación institucional de
alta calidad? ¿La crisis financiera de la Universidad afectará las
inversiones en investigación? ¿Habrá actividad académica normal a partir del
primero de marzo? ¿Esta situación afectará
la oferta de posgrados, principalmente de los 5 doctorados donde se
forman los investigadores?
Comienzo por decir que el presupuesto del
Fondo de Investigaciones de la Universidad del Tolima, en el año 2015 apenas
ejecutó gastos por 14 mil 187 millones de pesos de los 23 mil 388 millones
recaudados y que el presupuesto de este Fondo para el año 2016 registra la suma
de 16 mil millones de pesos y se está a la espera de recortes adicionales
esperados por el Consejo Superior de la Universidad, como resultado del trabajo
de una comisión integrada para el efecto.
La financiación de la actividad
investigativa en la Universidad depende principalmente de entidades
nacionales y del 10 por ciento de Ciencia y Tecnología del Sistema Nacional de Regalías.
Ya está dicho que la investigación
científica es tarea esencial de la
Universidad, pero igualmente es pertinente decir que es difícil lograr
resultados significativos de la actividad de los grupos de investigación, comenzando
porque no existe la formación deseada de investigadores.
La Universidad del Tolima, relativamente
no está mal en su desempeño en la investigación, tanto es que ocupa el puesto
22 entre 130 universidades e instituciones de educación superior públicas y
privadas existentes en Colombia. “Estos
datos señalan que la Universidad del
Tolima es la universidad regional con
mayor cantidad de productos académicos y
científicos visibles a nivel internacional”, dice el investigador Gustavo
Adolfo Vallejo, uno de los docentes de la Universidad más destacados en la
actividad investigativa.
EL
POR QUÉ DE LA INVESTIGACIÓN
Se dice
que estamos en la era del conocimiento y de la tecnología, que ya no es
suficiente que un país sea rico en
materia prima sino en el valor agregado que se le incorpore a tales productos
originales de la agricultura o la ganadería, por ejemplo. Para ello se
requieren conocimientos, tecnologías e innovaciones que puedan generar los
grupos de investigación.
Pero
ocurre que “En términos generales, el valor del conocimiento y el saber no es una idea totalmente aceptada
dentro de la sociedad tolimense e
inclusive dentro de la sociedad colombiana. Cuando la sociedad acepte que el
conocimiento tiene un valor superior al que pueda tener el valor de los bienes
materiales, esa sociedad estará consciente y mentalmente preparada para enfrentar el desafío de conocer la
realidad natural y social. Y afrontar el desafío de utilizar ese saber para
transformar la sociedad y la naturaleza y obtener beneficios que conduzcan a aumentar
la riqueza de las comunidades. Solamente en ese sentido logrará que hagamos de
la investigación un eje importante, para el desarrollo del país”, son las
palabras de Vallejo, líder del grupo de investigación en Parasitología
Tropical, director del laboratorio de investigaciones que durante ya hace 34
años estudia la enfermedad de Chagras, una enfermedad que afecta el corazón de
los humanos y que se propaga en la cuenca del Magdalena.
Vallejo
concluye que en el Tolima y específicamente en la Universidad del Tolima,
existe un potencial muy importante en cuanto a producción de conocimientos.
“Creo que ha habido un desarrollo por lo menos en las últimas tres décadas
particularmente en la Universidad
del Tolima.
La UT
comienza a pensar en serio en la investigación, a partir de los años 80 cuando se hace explícito el papel de formar
investigadores , para realizar investigación. En aquella época, el inicio de la
investigación en la Universidad fue lento, recordamos en esa época a Humberto
Granados Espitia, quien venía de Europa y Estados Unidos después de trabajar
con el equipo que descubrió la vitamina K; a Raúl Echeverry Echeverry,
ingeniero agrónomo, fundador del Jardín Botánico y el Herbario de la Universidad
del Tolima y a Alberto Fray especialista en suelos, entre otros.
A partir
del Decreto Ley 80 de 1980, por primera vez se hace explícito el papel de la
universidad en el desarrollo de la ciencia y la tecnología, se establece que el
2% del presupuesto de las universidades públicas se debe destinar a actividades
de investigación. Se crea la Oficina de Investigaciones y Desarrollo
Científico. En esa época de los años ochenta, tres grupos de investigación, el
grupo del Doctor Albertoi Fray, el de Raul Echeverry Echeverry, el de César Augusto Velandia.
Actualmente
tenemos 42 grupos reconocidos. Entre 1980 cuando la primera publicación
nacional, hasta el año 2000, los
primeros quince años, la universidad del Tolima publica 17 artículos
internacionales . Entre el 2000 y el 2015, publica 347 lo que significa que ha
multiplicado veinte veces esa capacidad de publicar y de demostrarle a la
sociedad , a la comunidad internacional , lo que se ha hecho en estos años”.
DESCUBRIMIENTOS E INVESTIGADORES DESTACADOS
En estos
momentos de crisis financiera de la Universidad del Tolima es pertinente poner
la mirada en otros aspectos que hacen grande a nuestra universidad y entre
ellos los aportes que hacen los 42 grupos de investigación , la mayoría de las
veces silenciosamente en laboratorios, en trabajos de campo, en actividades de
diálogo de saberes frente a un computador.
Lo
primero a decir es que en la Universidad del Tolima operan varios laboratorios,
entre ellos el de parasitología que ya mencionamos, también laboratorios de zoología,
ecofisiología, neurobiología, veterinaria, química, maderas y muchos más por
los que pasan estudiantes de cada uno de los programas académicos que ofrece la
universidad.
Vallejo
hace un listado de 57 docentes investigadores destacados en áreas de las
ciencias naturales y sociales. Entre ellos están Humberto Granados Espitia,
quien trabajó con el equipo que descubrió la vitamina K; Raúl Echeverry
Echeverry, único profesor de la universidad del Tolima con dos especies
vegetales, nativas del municipio de Ibagué, que llevan su nombre, Baccharis raulí y Meliosma echeverriana; Alberto Frye Casas, investigador de
referencia nacional e internacional en suelos; Gonzalo Palomino Ortíz, ecólogo
ampliamente conocido en Colombia y en el exterior; Pedro Villegas, veterinario
egresado de la UT, creador de la vacuna NewCastle , en Georgia Estados Unidos;
Nelson Canal del grupo de investigaciones en moscas de las frutas, por la descripción
de 15 especies nuevas de insectos de importancia agrícola; Manuel Hernando
Bernal del grupo de investigación en Herpetología, Ecofisiología y Etología,
por la descripción de nuevas especies de ranas; Héctor Eduardo Esquivel
por la descripción de dos nuevas
especies del género Zamia; Francisco
Villa Navarro, por la descripción de tres nuevas especies colombianas de peces;
Julio César Carranza, por la
descripción de una nueva especie de tripanosoma y nuevos genotipos de Trypanosoma
cruzi y T. rangeli. Desde
luego que quedan muchos por nombrar.
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